Durante mucho tiempo, los estiramientos estáticos han sido considerados una parte fundamental de los calentamientos, normalmente precedidos de una pequeña activación aeróbica (trote, bicicleta…) y seguidos por ejercicios orientados específicamente hacia el deporte en cuestión, con la creencia de que esta era la mejor forma de optimizar la puesta a punto de los deportistas.
Sin embargo, con el paso de los años, la evidencia científica ha ido avanzando a gran velocidad en esta materia, obligando a reformular los métodos utilizados en su aplicación.
DEFINICIÓN Y TIPOS DE ESTIRAMIENTOS
Los estiramientos son ejercicios en los que la musculatura es sometida a una tensión de elongación (generalmente en sentido longitudinal) en los que la naturaleza de la fuerza utilizada y la existencia o no de movimiento ayudará a clasificarlos en las siguientes categorías:
Dentro de los estáticos/dinámicos y activos/pasivos se podrán realizar diferentes combinaciones entre ellos en función de los objetivos perseguidos.
BENEFICIOS DE LOS ESTIRAMIENTOS
Entre los beneficios más destacados que han sido atribuidos a los estiramientos, estarían los siguientes:
Aumento de la flexibilidad y/o movilidad articular
Es cierto que existen mejorías - en ocasiones muy claras - en este aspecto, pero hay que señalar que se suele tratar de un efecto momentáneo debido al aumento de tolerancia al estiramiento por parte del sistema nervioso y no por cambios a nivel muscular. Para poder producir variaciones en la flexibilidad o longitud muscular y que estas se mantengan en el tiempo, deberíamos de utilizar posiciones mantenidas durante al menos 20 minutos. Para entender mejor esta afirmación nos imaginaremos el comportamiento de un muelle, al que estiraríamos haciendo fuerza por uno o por los dos lados; una vez que paremos de tirar, el muelle volvería a su posición natural (deformación elástica), excepto si mantenemos esta tensión durante mucho tiempo, hasta que quedaría deformado. Este fenómeno, cuando se da en el tejido muscular, se denomina deformación plástica y sólo debería de llevarse a cabo en casos puntuales (determinados deportistas de alto rendimiento como l@s gimnastas o algunas patologías como el hombro congelado) y siempre supervisados por el entrenador o fisioterapeuta, pues será muy fácil sobrepasar el límite plástico y provocar una rotura.
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Reducción del riesgo de lesiones
Este ha sido uno de los principales motivos de la utilización de los estiramientos, sobre todo antes de los entrenamientos o competiciones. Se trata de una verdad a medias, pues si bien es cierto que se ha comprobado que tienen un efecto preventivo, solamente se le ha atribuído un 4% a la hora de disminuir las probabilidades lesionales. Para que lo pongamos en contexto, al trabajo de propiocepción se le ha otorgado un 45 % de eficacia y al de fuerza nada más y nada menos que un 69% (Lauersen et al, 2014).
Mejora del rendimiento deportivo
En este caso, hay que diferenciar completamente los estiramientos estáticos de los dinámicos:
Disminución del dolor y de las agujetas (DOMS)
En cuanto a las agujetas, no se ha encontrado ningún tipo de efecto a nivel fisiológico, por lo que se considera que ni las aumentan ni las disminuyen. En cambio, respecto al dolor, si que hay indicios bastante sólidos de que ayuda a modularlo, aunque sea de forma transitoria, por lo que en este aspecto su utilización podría ser muy interesante.
Conclusiones finales
Por lo tanto, una vez analizado lo que dice la ciencia hasta el día de hoy y a modo de conclusión, podríamos afirmar que los estiramientos son una herramienta la cual, si bien es cierto que no tiene las propiedades casi mágicas que se le han otorgado durante mucho tiempo, si que nos puede ayudar en determinadas situaciones. Para utilizarlos, deberemos de tener en cuenta las siguientes consideraciones generales:
Bibliografía